El Retorno de Piero y del Búho [Por Piero]

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No queremos excusar ni mucho menos justificar nuestra ausencia, queremos compartirla.
[¡Qué alegría regresar!]

Antonin, el buhorizontal, regresó del sur, y yo, Piero, de acompañar a Harry until de very end, de hacer nuevos amigos, del furor de la actuación, de la sala de cine más grande del Unicentro El Marquez, de dejar una universidad para entrar en otra y de la Gran Sabana.

Sé que sonó como si la hazaña de Antonin fue más sencilla que la mia. Pero eso no se debe más que a mi ignorancia sobre su viaje. No ha querido ulular mucho al respecto. Yace en mi hombro viendo al techo con tristeza casi todo el tiempo desde nuestro reencuentro [En estos momentos duerme]. Creo que le fue mejor de lo que esperaba.

Y no debe irle bien cuando viaja al sur. Por eso, generalmente se resisten al viaje. Pero ningún ser vivo puede resistirse a sus instintos.

Como el ave promedio, los buhorizontales vuelan al sur por supervivencia. Las diferencias entre éstos y aquellos son básicamente que los primeros viajan para evitar la muerte segura del invierno; los segundos, por otro lado, para Limpiar su mente de todo lo ideado, pensado, observado, reflexionado, maquinado y contemplado durante el año; y como dije, suelen evitar el viaje para conservar sus hallazgos, descubrimientos y conclusiones fruto del estudio. Pero deben hacerlo.
Antonin lo entiende desde hace mucho: Le debe ir mal, debe deshechar los logros intelectuales para vivir, dejar vivir y crear vida. El conocimiento tiene que volver a ser conocido por primera vez. Por lo tanto la resistencia, opina, es simplemente un síntoma de pubertad. Y él ya está viejo para la gracia... [Sí que lo está]

Los buhorizontales vuelan para olvidar. Vuelan para olvidar porque así lo dicta la naturaleza. Una vez que parten no hay vuelta atrás. Hay que olvidar y regresar con la mente en blanco.

Aparentemente Antonin no olvidó del todo: le fue bien y está triste por la anomalía. Cree que no va a poder escribir nada que no recuerde a lo ya escrito por él. Que va a ulular canciones ya pasadas de moda.

Una de la únicas cosas que ululó es que lo dejara descansar, que luego le cuente más profundamente mi viaje, que me encargara de anunciar nuestro retorno aquí, que escriba y mantenga entretenido al visitante sin usar corchetes para poner ideas de más, mientras él pasa el trago amargo. Y que por cortesía, no se me olvidara por nada del mundo que debía dejarle claro al lector que:

No queremos excusar ni mucho menos justificar nuestra ausencia, que queremos compartirla [Espero cumplir sus peticiones y no decepcionarlo...].

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